sábado, 25 de mayo de 2013

GRADO 10º


La complejidad estructural de la prosa becqueriana:  de la leyenda “El Miserere



Introducción

            Si bien la figura de Gustavo Adolfo Bécquer trasciende en nuestra literatura como un destacado exponente del Romanticismo español, pues prolonga aspectos propios de esta tendencia como la idealización de la experiencia amorosa, el rescate de los espacios medievales, la melancolía como estado permanente del sujeto, la subjetividad en el tratamiento de los temas y el sentimiento y la irracionalidad como fundamento de la creación artística, éste se anticipa a procedimientos literarios posteriores que dan vida a las formas de expresión contemporáneas y que escapan a los modos propios de la estética romántica, principalmente, en lo que respecta a la prolijidad de la forma. Este hecho se manifiesta en su prosa mediante la complejidad estructural presente en algunos relatos, dentro de los cuales la leyenda “El Miserere” se configura como el caso más significativo.
            El hecho de efectuar un análisis narratológico de esta leyenda desde una perspectiva estructuralista, no sólo se fundamenta en demostrar la tesis de que Bécquer es un poeta posromántico que realiza su producción literaria en un período de tradición entre los procedimientos literarios modernos y contemporáneos, sino, además, en que la complejidad estructural de la leyenda da cuenta de los dos temas fundamentales de la poética becqueriana: el arte y la religión, pues éstos no sólo aparecen en la dimensión de la historia, sino que se insertan en todos los niveles narrativos que se observan en la dimensión del discurso, siendo ésta la particularidad que valida el presente análisis.    


Narraciones que conforman “El Miserere

            Para iniciar el estudio de los aspectos mencionados, es preciso dar una pequeña reseña del argumento del relato en cuestión. “El Miserere” es una leyenda que trata de la búsqueda de un peregrino por encontrar una pieza musical sublime, a través de la cual pueda redimirse ante Dios de un crimen cometido en su juventud. Es así como, después de recorrer varios países de Europa, llega una noche de jueves santo a una abadía donde le cuentan la leyenda del “Miserere de la Montaña”, una suerte de prodigio que ocurre cada año en esa misma fecha, en el cual las almas en pena de unos monjes asesinados despiertan para entonar un Miserere pidiendo misericordia a Dios por sus pecados. El peregrino, que además es músico, en consecuencia con su búsqueda, se adentra en las ruinas del monasterio señalado por los personajes de la abadía y logra presenciar el portento. Sin embargo, al tratar de transcribir esta música divina a un lenguaje racional, se ve impedido de lograr su objetivo, hecho que le acarrea la locura y posteriormente la muerte. Toda esta historia es contada por un narrador que años más tarde, revisando libros en la biblioteca de la abadía mencionada, encuentra los cuadernos de música del peregrino en los cuales figura el Miserere a medio terminar, por lo cual un anciano del lugar le relata la historia del peregrino.
            Lo primero a considerar en la estructura de la leyenda, es que ésta se constituye por varias historias que en su conjunto conforman una unidad temática que gira en torno a la pieza musical llamada Miserere y a su significado religioso.
            La primera de estas historias es la del narrador en el momento de encontrar la partitura con el Miserere inconcluso en la biblioteca de la abadía de Fitero. La importancia de este breve relato es que contextualiza la narración y los acontecimientos en un espacio religioso y, posteriormente, permite al lector ingresar a las otras historias que conforman la leyenda.  Es necesario destacar que, si bien este momento podría ser considerado sólo como una introducción a la narración central, es decir, a la historia del músico y su búsqueda del Miserere, también puede ser considerado como una historia con cierta autonomía, pues contiene personajes propios (el anciano que le cuenta la leyenda al narrador, y el mismo narrador como ejecutante de las acciones que relata) y datos específicos que configuran su propia dimensión narrativa, por ejemplo, la afición del narrador por la música en su condición de lego y su manía por repasar partituras sin llegar a comprender su significado.
            La segunda historia, que podría considerarse como central, es la del músico y su búsqueda del Miserere, que se inicia con su llegada a la abadía una noche de jueves santo y termina con su muerte, luego de no haber podido terminar de escribir el llamado “Miserere de la Montaña que prodigiosamente escuchó en las ruinas del monasterio. Esta historia es la principal, pues sirve como punto de referencia para las otras y de eje temático para el conjunto de la leyenda.
            La tercera historia es la narración que el músico hace de su juventud y del crimen que motivó su búsqueda del Miserere. Aquí el peregrino detalla a los otros personajes que lo acompañan en la abadía el momento en que encuentra casualmente el salmo de David y cómo éste influyó en su búsqueda de redención, además de la peregrinación que ha llevado por varios países de Europa en busca de un Miserere a través del cual pueda redimirse. Esta historia constituye un antecedente que permite explicar la motivación y la conciencia religiosa que manifiesta el protagonista, donde el concepto de pecado funciona como su leit motiv, lo que también se extiende a toda la leyenda. 
            Por último, la cuarta historia es la leyenda del “Miserere de la Montaña, narrada al músico recién llegado por uno de los rabadanes presentes en la abadía. Esta historia relata la tragedia de unos monjes que son asesinados por un malvado caballero cuyo padre desheredó a causa de su maldad, construyendo posteriormente el monasterio con estos bienes, y cómo prodigiosamente cada noche de jueves santo las almas de los religiosos despiertan a entonar el Miserere para pedir misericordia a Dios por haber muerto en pecado.
            En síntesis, estas cuatro historias permiten articular las dos historias básicas que constituyen la leyenda: la historia del narrador y la del músico. Las que he llamado tercera y cuarta historia son narraciones que conforman la historia del músico. En términos del análisis narratológico del discurso, en su modalidad Tempo, categoría “orden”, se observa que la leyenda está constituida por dos historias que se relacionan entre sí por intercalación, ya que el narrador cuenta la leyenda del músico que le ha sido relatada, y sólo al final de ésta vuelve a su propia historia.  En cuanto a la estructura de la historia del músico, puede decirse que ésta contiene, también mediante intercalación, la leyenda de los monjes cantores. La historia del pasado del músico (la tercera historia) es, en realidad, una anacronía, en la modalidad de analepsis, o lo que Gerard Genette (1969) llama “analepsis explicativa”, en tanto amplía el conocimiento que el lector tiene del personaje protagonista, por lo tanto, en adelante no será considerada como una historia en sí misma.              
            Luego de haber señalado las distintas historias que contiene la leyenda, y la función que cada una cumple dentro de su conjunto, es necesario analizar las relaciones que tienen entre sí, para configurar una estructura discursiva general en el relato de Bécquer, que permita esclarecer la unidad temática que cruza la obra.


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