viernes, 31 de mayo de 2013

LA GRAN TRISTEZA. JULIO FLOREZ

Julio Flórez Rea



LA GRAN TRISTEZA




Una inmensa agua gris, inmóvil, muerta,
sobre un lúgubre páramo tendida:
a trechos, de algas lívidas cubierta,
ni un árbol, ni una flor, todo sin vida,
todo sin alma en la extensión desierta.

Un punto blanco sobre el agua muda,
sobre aquella agua de esplendor desnuda
se ve brillar en el confín lejano:
es una garza inconsolable, viuda,
que emerge como un lirio del pantano.

¿Entre aquella agua, y en lo más distante,
esa ave taciturna en qué medita?
No ha sacudido el ala un solo instante,
y allí parece un vivo interrogante
que interroga a la bóveda infinita.

Ave triste, responde: ¿Alguna tarde
en que rasgabas el azul de enero
con tu amante feliz, haciendo alarde
de tu blancura, el cazador cobarde
hirió de muerte al dulce compañero?

¿O fue que al pie del saucedal frondoso,
donde con él soñabas y dormías,
al recio empuje de huracán furioso
rodó en las sombras el alado esposo
sobre las secas hojarascas frías?

¿O fue que huyó el ingrato, abandonando
nido y amor, por otras compañeras,
y tú, cansada de buscarlo, amando
como siempre, lo esperas sollozando,
o perdida la fe... ya no lo esperas?

Dime ¿bajo la nada de los cielos,
alguna noche la tormenta impía
cayó sobre el juncal, y entre los velos
de la niebla, sin vida tus polluelos
flotaron sobre el agua... al otro día?

¿Por qué ocultas ahora la cabeza
en el rincón del ala entumecida?
¡Oh, cuán solos estamos! Ves, ya empieza
a anochecer. Qué iguales nuestras vidas...
Nuestra desolación... Nuestra tristeza.

¿Por qué callas? La tarde expira, llueve
y la lluvia tenaz deslustra y moja
tu acolchonado plumón de raso y nieve,
¡huérfano soy...!
La garza no se mueve...
y el sol, ha muerto entre su fragua roja.

POÉTICA JULIO FLOREZ.

CUANDO LEJOS, MUY LEJOS

Cuando lejos, muy lejos, en hondos mares,
en lo mucho que sufro pienses a solas,
si exhalas un suspiro por mis pesares,
mándame ese suspiro sobre las olas.

Cuando el sol con sus rayos desde el oriente
rasgue las blondas gasas de las neblinas,
si una oración murmuras por el ausente,
deja que me la traigan las golondrinas.

Cuando pierda la tarde sus tristes galas,
y en cenizas se tornen las nubes rojas,
mándame un beso ardiente sobre las alas
de las brisas que juegan entre las hojas.

Que yo, cuando la noche tienda su manto,
yo, que llevo en el alma sus mudas huellas,
te enviaré, con mis quejas, un dulce canto
en la luz temblorosa de las estrellas.

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HUMANA

Hermosa y sana, en el pasado estío,
murmuraba, en mi oído, sin espanto:
-Yo quisiera morirme, amado mío;
más que el mundo me gusta el camposanto.

Y de fiebre voraz bajo el imperio,
moribunda, ayer tarde, me decía:
-No me dejes llevar al cementerio...
¡Yo no quiero morirme todavía!

¡Oh señor... y qué frágiles nacimos!
¡Y que variables somos y seremos!
¡Si la tumba está lejos... la pedimos!
¡Pero si cerca está... no la queremos!

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RESURRECCIONES

Algo se muere en mí todos los días;
la hora que se aleja me arrebata,
del tiempo en la insonora catarata,
salud, amor, ensueños y alegrías.

Al evocar las ilusiones mías,
pienso: "¡yo, no soy yo!" ¿por qué, insensata,
la misma vida con su soplo mata
mi antiguo ser, tras lentas agonías?

Soy un extraño ante mis propios ojos,
un nuevo soñador, un peregrino
que ayer pisaba flores y hoy... abrojos.

Y en todo instante, es tal mi desconcierto,
que, ante mi muerte próxima, imagino
que muchas veces en la vida...he muerto.

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RETO

Si porque a tus plantas ruedo
como un ilota rendido,
y una mirada te pido
con temor, casi con miedo;
si porque ante ti me quedo
extático de emoción,
piensas que mi corazón
se va en mi pecho a romper
y que por siempre he de ser
esclavo de mi pasión;
¡te equivocas, te equivocas!,
fresco y fragante capullo,
yo quebrantaré tu orgullo
como el minero las rocas.
Si a la lucha me provocas,
dispuesto estoy a luchar;
tú eres espuma, yo mar
que en sus cóleras confía;
me haces llorar; pero un día
yo también te haré llorar.

Y entonces, cuando rendida
ofrezcas toda tu vida
perdón pidiendo a mis pies,
como mi cólera es
infinita en sus excesos,
¿sabes tú lo que haré en esos
momentos de indignación?
¡Arrancarte el corazón
para comérmelo a besos!
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Nunca mayor quietud se vio en la muerte;
ni frío más glacial que el de esta mano
que tú alargaste al espirar, en vano
y que cayó en las sábanas, inerte.

¡Ah... yo no estaba allí! Mi aciaga suerte
no quiso que en el trance soberano,
cuando tú entrabas en el hondo arcano,
yo pudiera estrecharte... y retenerte.

Al llegar, me atrajeron tus despojos;
cogí esa mano espiritual y breve
y la junté a mis labios y a mis ojos...

Y en ella, al ver mi llanto que corría,
pensé que aquella mano hecha de nieve
en mi boca al calor... se derretía.

RAFAEL POMBO

Biografía de Rafael Pombo



Nació en Bogotá (Colombia), el 7 de noviembre de 1833 y trascendió en el mundo literario dentro del romanticismo de la América hispana, aunque en su obra se encuentra la influencia del romanticismo anglosajón. Este influjo se debió a su permanencia en Nueva York como diplomático de su país, lugar donde comenzó a escribir, teniendo como destinatarios principales de sus obras, a los niños.
Trabajó para la editorial Aplpleton, de Nueva York, para llevar al castellano algunas de las nursery rhymes de la tradición oral anglosajona. En su país les dedicó las obras “Cuentos pintados”, “Cuentos morales para niños formales” (1854), “Simón el bobito”, “Doña Pánfaga”, “El renacuajo paseador”, “Cutufato y su gato”, “Pastorcita”, “La pobre viejecita” y “El niño y la mariposa”.
Escribió también poesías para adultos, profundas y plenas de espiritualidad, donde se conjugan el amor y la belleza con la soledad y la angustia.
Entre sus narraciones ajenas al público infantil, encontramos: “La hora de las tinieblas”, donde a pesar de ser un ferviente católico, vive una etapa de crisis de fe, y “Preludio de primavera”.
Durante su vida, salvo textos marginales y poesías para niños no se editaron libros con sus poemas, que aproximadamente eran mil cuatrocientos. La edición oficial apareció luego de su muerte, que se produjo en su ciudad natal, el 5 de mayo de 1912.
La tarea de recopilación y publicación fue encargada por el Congreso, a don Antonio Gómez Restrepo. En 1917, en “Poesías” y “Traducciones poéticas”, reúne cerca de 670 poemas y 200 traducciones.
En 1970, el Instituto Caro y Cuervo publicó una nueva edición en dos volúmenes.
Poemas de Rafael Pombo en Poemas del Alma

Poesía Colombiana

Poesía colombiana



Colombia tiene una rica tradición poética pero también un interesante presente. La revista digital de cultura Babab comenta algo que parece muy preciso: Colombia es el país del mundo donde más gusta escuchar poesía. Puede ser que no sea la nación donde más se lee o donde se venden más libros, pero los colombianos aman escuchar recitales poéticos.
Alvaro MutisTal vez por eso, el país alberga a dos de los principales eventos de la poesía en lengua hispana: el Festival Internacional de Poesía de Medellín (que el año pasado contó con la presencia de cerca de ochenta poetas de todo el mundo) y el Festival Hispanoamericano de Poesía de Bogotá. En cada edición de estos acontecimientos, centenares de escritores logran encontrarse con sus lectores.
La historia de la poesía colombiana, como en cualquier nación, ha estado marcada por diversos movimientos. En ese sentido podemos destacar al costumbrismo, con autores como Jorge Isaacs y Rafael Pombo que intentaron reflexionar sobre los rasgos generales de la cultura local.
Más adelante se desarrolló la corriente de los nuevos o los novísimos, que respondió con ironía a la tradición del romanticismo y del costumbrismo. Aquí se destacaron poetas comoPorfirio Barba Jacob y Tomás Carrasquilla, entre otros.
Otros movimientos importantes en la historia poética de Colombia fueron Piedra y Cielo(Eduardo CarranzaJorge Rojas), el nadaísmo (Gonzalo Arango) y la generación del llamado Boom de la Literatura Latinoamericana (con Álvaro Mutis como estandarte poético y el Nobel Gabriel García Márquez como referente en cuanto a la literatura en general).
Por último, cabe destacar que el Ministerio de Cultura de Colombia otorgó el Premio Nacional de Poesía 2007 a Fernando Herrera Gómez, gracias a su libre “Breviario de Santana”.
Estos son algunos poemas de grandes escritores colombianos:
“Decíamos ayer”, de Rafael Pombo
“El corazón rebosante”, de Porfirio Barba Jacob
“Galope súbito”, de Eduardo Carranza
“Revolución”, de Gonzalo Arango
“Sonata”, de Álvaro Mutis

sábado, 25 de mayo de 2013

GRADO 10º


La complejidad estructural de la prosa becqueriana:  de la leyenda “El Miserere



Introducción

            Si bien la figura de Gustavo Adolfo Bécquer trasciende en nuestra literatura como un destacado exponente del Romanticismo español, pues prolonga aspectos propios de esta tendencia como la idealización de la experiencia amorosa, el rescate de los espacios medievales, la melancolía como estado permanente del sujeto, la subjetividad en el tratamiento de los temas y el sentimiento y la irracionalidad como fundamento de la creación artística, éste se anticipa a procedimientos literarios posteriores que dan vida a las formas de expresión contemporáneas y que escapan a los modos propios de la estética romántica, principalmente, en lo que respecta a la prolijidad de la forma. Este hecho se manifiesta en su prosa mediante la complejidad estructural presente en algunos relatos, dentro de los cuales la leyenda “El Miserere” se configura como el caso más significativo.
            El hecho de efectuar un análisis narratológico de esta leyenda desde una perspectiva estructuralista, no sólo se fundamenta en demostrar la tesis de que Bécquer es un poeta posromántico que realiza su producción literaria en un período de tradición entre los procedimientos literarios modernos y contemporáneos, sino, además, en que la complejidad estructural de la leyenda da cuenta de los dos temas fundamentales de la poética becqueriana: el arte y la religión, pues éstos no sólo aparecen en la dimensión de la historia, sino que se insertan en todos los niveles narrativos que se observan en la dimensión del discurso, siendo ésta la particularidad que valida el presente análisis.    


Narraciones que conforman “El Miserere

            Para iniciar el estudio de los aspectos mencionados, es preciso dar una pequeña reseña del argumento del relato en cuestión. “El Miserere” es una leyenda que trata de la búsqueda de un peregrino por encontrar una pieza musical sublime, a través de la cual pueda redimirse ante Dios de un crimen cometido en su juventud. Es así como, después de recorrer varios países de Europa, llega una noche de jueves santo a una abadía donde le cuentan la leyenda del “Miserere de la Montaña”, una suerte de prodigio que ocurre cada año en esa misma fecha, en el cual las almas en pena de unos monjes asesinados despiertan para entonar un Miserere pidiendo misericordia a Dios por sus pecados. El peregrino, que además es músico, en consecuencia con su búsqueda, se adentra en las ruinas del monasterio señalado por los personajes de la abadía y logra presenciar el portento. Sin embargo, al tratar de transcribir esta música divina a un lenguaje racional, se ve impedido de lograr su objetivo, hecho que le acarrea la locura y posteriormente la muerte. Toda esta historia es contada por un narrador que años más tarde, revisando libros en la biblioteca de la abadía mencionada, encuentra los cuadernos de música del peregrino en los cuales figura el Miserere a medio terminar, por lo cual un anciano del lugar le relata la historia del peregrino.
            Lo primero a considerar en la estructura de la leyenda, es que ésta se constituye por varias historias que en su conjunto conforman una unidad temática que gira en torno a la pieza musical llamada Miserere y a su significado religioso.
            La primera de estas historias es la del narrador en el momento de encontrar la partitura con el Miserere inconcluso en la biblioteca de la abadía de Fitero. La importancia de este breve relato es que contextualiza la narración y los acontecimientos en un espacio religioso y, posteriormente, permite al lector ingresar a las otras historias que conforman la leyenda.  Es necesario destacar que, si bien este momento podría ser considerado sólo como una introducción a la narración central, es decir, a la historia del músico y su búsqueda del Miserere, también puede ser considerado como una historia con cierta autonomía, pues contiene personajes propios (el anciano que le cuenta la leyenda al narrador, y el mismo narrador como ejecutante de las acciones que relata) y datos específicos que configuran su propia dimensión narrativa, por ejemplo, la afición del narrador por la música en su condición de lego y su manía por repasar partituras sin llegar a comprender su significado.
            La segunda historia, que podría considerarse como central, es la del músico y su búsqueda del Miserere, que se inicia con su llegada a la abadía una noche de jueves santo y termina con su muerte, luego de no haber podido terminar de escribir el llamado “Miserere de la Montaña que prodigiosamente escuchó en las ruinas del monasterio. Esta historia es la principal, pues sirve como punto de referencia para las otras y de eje temático para el conjunto de la leyenda.
            La tercera historia es la narración que el músico hace de su juventud y del crimen que motivó su búsqueda del Miserere. Aquí el peregrino detalla a los otros personajes que lo acompañan en la abadía el momento en que encuentra casualmente el salmo de David y cómo éste influyó en su búsqueda de redención, además de la peregrinación que ha llevado por varios países de Europa en busca de un Miserere a través del cual pueda redimirse. Esta historia constituye un antecedente que permite explicar la motivación y la conciencia religiosa que manifiesta el protagonista, donde el concepto de pecado funciona como su leit motiv, lo que también se extiende a toda la leyenda. 
            Por último, la cuarta historia es la leyenda del “Miserere de la Montaña, narrada al músico recién llegado por uno de los rabadanes presentes en la abadía. Esta historia relata la tragedia de unos monjes que son asesinados por un malvado caballero cuyo padre desheredó a causa de su maldad, construyendo posteriormente el monasterio con estos bienes, y cómo prodigiosamente cada noche de jueves santo las almas de los religiosos despiertan a entonar el Miserere para pedir misericordia a Dios por haber muerto en pecado.
            En síntesis, estas cuatro historias permiten articular las dos historias básicas que constituyen la leyenda: la historia del narrador y la del músico. Las que he llamado tercera y cuarta historia son narraciones que conforman la historia del músico. En términos del análisis narratológico del discurso, en su modalidad Tempo, categoría “orden”, se observa que la leyenda está constituida por dos historias que se relacionan entre sí por intercalación, ya que el narrador cuenta la leyenda del músico que le ha sido relatada, y sólo al final de ésta vuelve a su propia historia.  En cuanto a la estructura de la historia del músico, puede decirse que ésta contiene, también mediante intercalación, la leyenda de los monjes cantores. La historia del pasado del músico (la tercera historia) es, en realidad, una anacronía, en la modalidad de analepsis, o lo que Gerard Genette (1969) llama “analepsis explicativa”, en tanto amplía el conocimiento que el lector tiene del personaje protagonista, por lo tanto, en adelante no será considerada como una historia en sí misma.              
            Luego de haber señalado las distintas historias que contiene la leyenda, y la función que cada una cumple dentro de su conjunto, es necesario analizar las relaciones que tienen entre sí, para configurar una estructura discursiva general en el relato de Bécquer, que permita esclarecer la unidad temática que cruza la obra.