Yo, señor, me llamo Gabriel García Márquez. Lo siento: a mí
tampoco me gusta ese nombre, porque es una sarta de lugares comunes que nunca
he logrado identificar conmigo. Nací en Aracataca, Colombia. Mi signo es Piscis
y mi mujer es Mercedes. Esas son las dos cosas más importantes que me han
ocurrido en la vida, porque gracias a ellas, al menos hasta ahora, he logrado
sobrevivir escribiendo”. (‘Retratos y autorretratos’, 1973)
2. “Nunca, en ninguna circunstancia, he olvidado que en la
verdad de mi alma no soy nadie ni seré nadie más que uno de los 16 hijos del
telegrafista de Aracataca”.
3. “Mi recuerdo más vivo y constante no es el de las personas
sino el de la casa misma de Aracataca donde vivía con mis abuelos. Es un suelo
recurrente que todavía persiste. Más aún: todos los días de mi vida despierto
con la impresión, falsa o real, de que estoy en casa”. (‘El olor de la
guayaba’).
4. “Dicen que yo he inventado el realismo mágico, pero sólo soy
el notario de la realidad. Incluso hay cosas reales que tengo que desechar
porque no se pueden creer”. (1983)
5. “Me siento extranjero en todas partes menos en el Caribe”.
6. “Ya para entonces había logrado una identificación absoluta
con la cultura popular del Caribe, la única que reconozco como esencial e
insustituible en mi formación de ser humano y escritor”. (1973)
7. “Los cachacos eran los nativos del altiplano, y no solo los
distinguíamos del resto de la humanidad por sus maneras lánguidas y su dicción
viciosa, sino por sus ínfulas de emisarios de la Divina Providencia”. (‘Vivir
para contarla’)
8. “Yo nunca me he cansado de decir que ‘Cien años de soledad’
no es más que un vallenato de trescientas cincuenta páginas”.
9. “El cine y yo somos como un matrimonio mal llevado, no puedo
vivir con él ni sin él”.
10. “Tal vez lo más sorprendente de los colombianos es su
asombrosa capacidad de acostumbrarse a todo, lo bueno y lo malo, con un poder
de recuperación que raya en lo sobrenatural”. (‘Qué es lo que pasa en
Colombia’. En El País, 1989).
11. “Mi nostalgia es volver a ser reportero”.
12. “El periodismo es la profesión que más se parece al boxeo,
con la ventaja que siempre gana la máquina y la desventaja de que no se permite
tirar la toalla”. (1950)
13. “Soy escritor por timidez. Mi verdadera vocación es la de
prestidigitador, pero me ofusco tanto tratando de hacer un truco que he tenido
que refugiarme en la soledad de la literatura. Ambas actividades, en todo caso,
me conducen a lo único que me ha interesado desde niño: que mis amigos me
quieran más”. (‘Retratos y autorretratos’, 1973).
14. “Pedro Páramo es para mí, si no la mejor, si no la más
larga, si no la más importante, sí la más bella de las novelas que se han
escrito jamás en la lengua castellana”.
15. “No hay nada que se parezca más a la soledad del poder que
la soledad de la fama”. (1979).
16. “He escrito cinco libros tratando de averiguarlo, de
saberlo, de descifrar quién soy. Y todavía no lo tengo claro. Pero hay algo que
sí sé: soy el mejor amigo de mis amigos, y ese primer puesto no me lo dejo
quietar de nadie”. (1971).
17. “Lo único realmente nuevo que podría intentarse para salvar
la humanidad en el siglo XXI es que las mujeres asuman el manejo del mundo. No
creo que un sexo sea superior e inferior a otro. Creo que son distintos, con
distancia biológicas insalvables, pero la hegemonía masculina ha malbaratado
una oportunidad de diez mil años”. (1992).
18. “Nunca hablo de literatura, porque no sé lo que es, y
además, estoy convencido de que el mundo sería igual sin ella”. (1982).
19. “El poder es sin duda la expresión más alta de la ambición y
la voluntad del ser humano, y que por eso resume a la vez toda su grandeza y
toda su miseria”. (1982).
20. “El patriotismo es algo que nos persigue hasta el lugar más
apartado. En cualquier país del mundo donde yo escriba una novela, es una
novela colombiana”. (1969)
21. "Los seres humanos no nacen para siempre el día en que
sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una
y otra vez."
22. El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto
honrado con la soledad."
23. "Ningún lugar en la vida es más triste que una cama
vacía."
24. "El corazón tiene más cuartos que un hotel de
putas".
25. "Lo único que me duele de morir, es que no sea de
amor".
“Yo, señor, me llamo Gabriel García Márquez. Lo siento: a mí
tampoco me gusta ese nombre, porque es una sarta de lugares comunes que nunca
he logrado identificar conmigo. Nací en Aracataca, Colombia. Mi signo es Piscis
y mi mujer es Mercedes. Esas son las dos cosas más importantes que me han
ocurrido en la vida, porque gracias a ellas, al menos hasta ahora, he logrado
sobrevivir escribiendo”. (‘Retratos y autorretratos’, 1973)
2. “Nunca, en ninguna circunstancia, he olvidado que en la
verdad de mi alma no soy nadie ni seré nadie más que uno de los 16 hijos del
telegrafista de Aracataca”.
3. “Mi recuerdo más vivo y constante no es el de las personas
sino el de la casa misma de Aracataca donde vivía con mis abuelos. Es un suelo
recurrente que todavía persiste. Más aún: todos los días de mi vida despierto
con la impresión, falsa o real, de que estoy en casa”. (‘El olor de la
guayaba’).
4. “Dicen que yo he inventado el realismo mágico, pero sólo soy
el notario de la realidad. Incluso hay cosas reales que tengo que desechar
porque no se pueden creer”. (1983)
5. “Me siento extranjero en todas partes menos en el Caribe”.
6. “Ya para entonces había logrado una identificación absoluta
con la cultura popular del Caribe, la única que reconozco como esencial e
insustituible en mi formación de ser humano y escritor”. (1973)
7. “Los cachacos eran los nativos del altiplano, y no solo los
distinguíamos del resto de la humanidad por sus maneras lánguidas y su dicción
viciosa, sino por sus ínfulas de emisarios de la Divina Providencia”. (‘Vivir
para contarla’)
8. “Yo nunca me he cansado de decir que ‘Cien años de soledad’
no es más que un vallenato de trescientas cincuenta páginas”.
9. “El cine y yo somos como un matrimonio mal llevado, no puedo
vivir con él ni sin él”.
10. “Tal vez lo más sorprendente de los colombianos es su
asombrosa capacidad de acostumbrarse a todo, lo bueno y lo malo, con un poder
de recuperación que raya en lo sobrenatural”. (‘Qué es lo que pasa en
Colombia’. En El País, 1989).
11. “Mi nostalgia es volver a ser reportero”.
12. “El periodismo es la profesión que más se parece al boxeo,
con la ventaja que siempre gana la máquina y la desventaja de que no se permite
tirar la toalla”. (1950)
13. “Soy escritor por timidez. Mi verdadera vocación es la de
prestidigitador, pero me ofusco tanto tratando de hacer un truco que he tenido
que refugiarme en la soledad de la literatura. Ambas actividades, en todo caso,
me conducen a lo único que me ha interesado desde niño: que mis amigos me
quieran más”. (‘Retratos y autorretratos’, 1973).
14. “Pedro Páramo es para mí, si no la mejor, si no la más
larga, si no la más importante, sí la más bella de las novelas que se han
escrito jamás en la lengua castellana”.
15. “No hay nada que se parezca más a la soledad del poder que
la soledad de la fama”. (1979).
16. “He escrito cinco libros tratando de averiguarlo, de
saberlo, de descifrar quién soy. Y todavía no lo tengo claro. Pero hay algo que
sí sé: soy el mejor amigo de mis amigos, y ese primer puesto no me lo dejo
quietar de nadie”. (1971).
17. “Lo único realmente nuevo que podría intentarse para salvar
la humanidad en el siglo XXI es que las mujeres asuman el manejo del mundo. No
creo que un sexo sea superior e inferior a otro. Creo que son distintos, con
distancia biológicas insalvables, pero la hegemonía masculina ha malbaratado
una oportunidad de diez mil años”. (1992).
18. “Nunca hablo de literatura, porque no sé lo que es, y
además, estoy convencido de que el mundo sería igual sin ella”. (1982).
19. “El poder es sin duda la expresión más alta de la ambición y
la voluntad del ser humano, y que por eso resume a la vez toda su grandeza y
toda su miseria”. (1982).
20. “El patriotismo es algo que nos persigue hasta el lugar más
apartado. En cualquier país del mundo donde yo escriba una novela, es una
novela colombiana”. (1969)
21. "Los seres humanos no nacen para siempre el día en que
sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una
y otra vez."
22. El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto
honrado con la soledad."
23. "Ningún lugar en la vida es más triste que una cama
vacía."
24. "El corazón tiene más cuartos que un hotel de
putas".
25. "Lo único que me duele de morir, es que no sea de
amor".
“Yo, señor, me llamo Gabriel García Márquez. Lo siento: a mí
tampoco me gusta ese nombre, porque es una sarta de lugares comunes que nunca
he logrado identificar conmigo. Nací en Aracataca, Colombia. Mi signo es Piscis
y mi mujer es Mercedes. Esas son las dos cosas más importantes que me han
ocurrido en la vida, porque gracias a ellas, al menos hasta ahora, he logrado
sobrevivir escribiendo”. (‘Retratos y autorretratos’, 1973)
2. “Nunca, en ninguna circunstancia, he olvidado que en la
verdad de mi alma no soy nadie ni seré nadie más que uno de los 16 hijos del
telegrafista de Aracataca”.
3. “Mi recuerdo más vivo y constante no es el de las personas
sino el de la casa misma de Aracataca donde vivía con mis abuelos. Es un suelo
recurrente que todavía persiste. Más aún: todos los días de mi vida despierto
con la impresión, falsa o real, de que estoy en casa”. (‘El olor de la
guayaba’).
4. “Dicen que yo he inventado el realismo mágico, pero sólo soy
el notario de la realidad. Incluso hay cosas reales que tengo que desechar
porque no se pueden creer”. (1983)
5. “Me siento extranjero en todas partes menos en el Caribe”.
6. “Ya para entonces había logrado una identificación absoluta
con la cultura popular del Caribe, la única que reconozco como esencial e
insustituible en mi formación de ser humano y escritor”. (1973)
7. “Los cachacos eran los nativos del altiplano, y no solo los
distinguíamos del resto de la humanidad por sus maneras lánguidas y su dicción
viciosa, sino por sus ínfulas de emisarios de la Divina Providencia”. (‘Vivir
para contarla’)
8. “Yo nunca me he cansado de decir que ‘Cien años de soledad’
no es más que un vallenato de trescientas cincuenta páginas”.
9. “El cine y yo somos como un matrimonio mal llevado, no puedo
vivir con él ni sin él”.
10. “Tal vez lo más sorprendente de los colombianos es su
asombrosa capacidad de acostumbrarse a todo, lo bueno y lo malo, con un poder
de recuperación que raya en lo sobrenatural”. (‘Qué es lo que pasa en
Colombia’. En El País, 1989).
11. “Mi nostalgia es volver a ser reportero”.
12. “El periodismo es la profesión que más se parece al boxeo,
con la ventaja que siempre gana la máquina y la desventaja de que no se permite
tirar la toalla”. (1950)
13. “Soy escritor por timidez. Mi verdadera vocación es la de
prestidigitador, pero me ofusco tanto tratando de hacer un truco que he tenido
que refugiarme en la soledad de la literatura. Ambas actividades, en todo caso,
me conducen a lo único que me ha interesado desde niño: que mis amigos me
quieran más”. (‘Retratos y autorretratos’, 1973).
14. “Pedro Páramo es para mí, si no la mejor, si no la más
larga, si no la más importante, sí la más bella de las novelas que se han
escrito jamás en la lengua castellana”.
15. “No hay nada que se parezca más a la soledad del poder que
la soledad de la fama”. (1979).
16. “He escrito cinco libros tratando de averiguarlo, de
saberlo, de descifrar quién soy. Y todavía no lo tengo claro. Pero hay algo que
sí sé: soy el mejor amigo de mis amigos, y ese primer puesto no me lo dejo
quietar de nadie”. (1971).
17. “Lo único realmente nuevo que podría intentarse para salvar
la humanidad en el siglo XXI es que las mujeres asuman el manejo del mundo. No
creo que un sexo sea superior e inferior a otro. Creo que son distintos, con
distancia biológicas insalvables, pero la hegemonía masculina ha malbaratado
una oportunidad de diez mil años”. (1992).
18. “Nunca hablo de literatura, porque no sé lo que es, y
además, estoy convencido de que el mundo sería igual sin ella”. (1982).
19. “El poder es sin duda la expresión más alta de la ambición y
la voluntad del ser humano, y que por eso resume a la vez toda su grandeza y
toda su miseria”. (1982).
20. “El patriotismo es algo que nos persigue hasta el lugar más
apartado. En cualquier país del mundo donde yo escriba una novela, es una
novela colombiana”. (1969)
21. "Los seres humanos no nacen para siempre el día en que
sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una
y otra vez."
22. El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto
honrado con la soledad."
23. "Ningún lugar en la vida es más triste que una cama
vacía."
24. "El corazón tiene más cuartos que un hotel de
putas".
25. "Lo único que me duele de morir, es que no sea de
amor".
“Con tal de que alguien se acuerde de una frase mía, yo bajaré tranquilo al sepulcro”. Eso dijo hace unos años el Premio Nobel de Literatura colombiano Gabriel García Márquez, que ha muerto este 17 de abril a los 87 años. Basta echar un vistazo a redes sociales para ver con qué devoción algunos de sus lectores comparten sus citas preferidas, sus frases más famosas, alguno de sus adictivos comienzos...
"Lo único malo de la muerte es
que es para siempre. Lo demás, todo es manejable. Pero esta sí que es una
trampa, habernos metido en esto tan difícil y después...Yo jamás pensé en mi
muerte. Empecé a pensar en eso hacia los 60. (...) Fue una noche, estaba
leyendo un libro y de repente pensé: 'Caray, me va a pasar, es inevitable, es
as' ”. Antes no había tenido tiempo de pensar en eso. Y de pronto ¡paf!, caray,
que no hay escapatoria...", recordaba.
Dejó contada su vida en sus
entrevistas, en sus discursos y en su obra, especialmente en sus memorias Vivir para contarla. Y también dejó contada muchas
vidas ajenas en su faceta periodística. "La crónica es la novela de la
realidad", afirmaba. Sin embargo, años antes de la era actual de
periodismo en internet, ya se mostraba crítico con las tendencias: "La calidad
de la noticia se ha perdido por culpa de la competencia, la rapidez y la
magnificación de la primicia. (...) A veces se olvida que la mejor noticia no
es la que se da primero, sino la que se da mejor", señaló en 1997.
No había entrevista en la que no tuviera que hablar
de algo que era tan cotidiano para él como el realismo mágico: "El gran
reto de la novela es que te la creas línea por línea, pero lo que descubre uno
es que ya en América Latina, la literatura, la ficción, la novela, es más fácil
de hacer creer que la realidad". La magia empezaba por la realidad,
insistía: "La primera condición del realismo mágico, como su nombre lo
indica, es que sea un hecho rigurosamente cierto que, sin embargo, parece
fantástico".
"ESCRIBO PARA QUE MIS AMIGOS ME
QUIERAN MÁS"
"Tengo la impresión de que
empecé a ser escritor cuando me di cuenta de que no servía para nada", dijo a finales de los 60, en una charla con Mario Vargas Llosa
cuando los dos futuros premios Nobel aún eran amigos. "Soy escritor por
timidez. Mi verdadera vocación es la de prestidigitador, pero me ofusco tanto
tratando de hacer un truco, que he tenido que refugiarme en la soledad de la
literatura. Ambas actividades, en todo caso, conducen a lo único que me ha
interesado desde niño: que mis amigos me quieran más", afirmó en otra ocasión.
Gabo creía que "tanto en el poder como en el amor el
ingrediente mágico es la soledad". Más aún: "En realidad no conozco a
nadie que en cierta medida no se sienta solo. Este es el significado de la
soledad que a mí me interesa. Temo que esto sea metafísico y que sea
reaccionario y que parezca todo lo contrario de lo que yo soy, de lo que yo quiero
ser en realidad, pero creo que el hombre está completamente solo. Creo que es
parte esencial de la naturaleza".
De niño, "dicen que era pálido y
ensimismado, y que sólo hablaba para contar disparates, pero mis relatos eran
en gran parte episodios simples de la vida diaria, que yo hacía más atractivos
con detalles fantásticos para que los adultos me hicieran caso”, escribió en sus memorias. Así hablaba de su infancia al
cuidado de sus abuelos en Aracataca, donde nació su fantasía. Un lugar en el
que se acostumbraba a dialogar con los muertos y donde la superstición se
acababa convirtiendo en un dogma incuestionable. Era la infancia de un Gabriel
García Márquez que escuchaba atónito las historias bélicas que le contaba su
abuelo, Nicolás Márquez que fue coronel en la Guerra Civil de los Mil Días.
BATALLA CONTRA LA ORTOGRAFÍA
“Me costó mucho aprender a leer. No
me parecía lógico que la letra m se llamara
eme, y sin embargo con la vocal siguiente no se dijera emea sino ma. Me era
imposible leer así. Por fin, cuando llegué al Montessori la maestra no me
enseñó los nombres sino los sonidos de las consonantes. Así pude leer el primer
libro que encontré en un arcón”, apuntó en sus memorias. Ya como Nobel dejó
bocas abiertas en el Discurso de inauguración del I Congreso Internacional de la Lengua
Española, Zacatecas (México), en 1997: "Hay que jubilar la
ortografía, terror del ser humano desde la cuna. Simplificar la gramática antes
de que la gramática termine por simplificarnos a nosotros".
Tambien decía que no le gustaba
releer su obra. "Una vez que hago en mis novelas la última lectura ya no
me interesan, el libro es como un león muerto", sostenía. De aquí que unas
veces dijera que, entre su novelas, su preferida era El amor en los tiempos del cólera, otras El otoño del patriarca, en otra ocasión Noticia de un secuestro... Entre sus pasiones, la
música: "La música me ha gustado más que la literatura".
Otro frente por el que se le solía preguntar a Gabo en las entrevistas era por la política y por su amistad con Fidel Castro. En el 77 dijo: "Es el hombre más tierno que he conocido. Y es también el crítico más duro de la revolución y un autocrítico implacable". En el 88: "'Ningún dirigente político, ningún jefe de Estado oye absolutamente a nadie. De manera que tener influencia en un jefe de Estado es lo más difícil que hay en este mundo, y finalmente ellos terminan teniendo mucha influencia sobre uno". En el 92, en pleno "periodo especial" de la isla tras la caída de la URSS: "Todos saben de mi amistad personal con Fidel Castro y que yo apoyo a la revolución cubana".
Otro frente por el que se le solía preguntar a Gabo en las entrevistas era por la política y por su amistad con Fidel Castro. En el 77 dijo: "Es el hombre más tierno que he conocido. Y es también el crítico más duro de la revolución y un autocrítico implacable". En el 88: "'Ningún dirigente político, ningún jefe de Estado oye absolutamente a nadie. De manera que tener influencia en un jefe de Estado es lo más difícil que hay en este mundo, y finalmente ellos terminan teniendo mucha influencia sobre uno". En el 92, en pleno "periodo especial" de la isla tras la caída de la URSS: "Todos saben de mi amistad personal con Fidel Castro y que yo apoyo a la revolución cubana".
Sobre los premios estaba má que satisfecho con el
Nobel. "Todos los premios son muy interesantes pero si ya tuve el premio
que se considera máximo en Literatura, es mejor dejar los otros galardones para
los que vienen detrás o delante", dijo en 1994 en Oviedo, tras la polémica
generada tras decir que no quería recibir el premio Cervantes, al que fue
candidato.
En su discurso al recoger el Premio Nobel en 1982, que cerró
parafraseando el final deCien años de soledad,
acaba con una oda al optimismo vital:
Los inventores de fábulas que todo lo creemos nos
sentimos con el derecho de creer que todavía no es demasiado tarde para emprender
la creación de la utopía contraria. Una nueva y arrasadora utopía de la vida,
donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea
cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a
cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad
sobre la tierra.
Como dijo en Vivir para contarla: “La vida no es la que uno vivió,
sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla”. La ocasión nos
lleva a añadir que la vida también es lo que uno lee y aquellos libros y
autores que recuerda para siempre.
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